En las instancias de profunda meditación, se sumerge la evidente efervescencia de un sentir creciente y recíprocamente compartido, en las brisas de un vuelo que trasciende con repercusiones aparentes.
Todo gira a mi derredor, demandando tiempo, espacio y completo reconocimiento de un pleno sentimiento hallado con entrega, amor y sacrificio, que en su contexto más normal refleja un sin fin de impresiones afloradas por la naturaleza de la esencia de aquel ser.
La observancia de acontecimientos verdaderos ilustra un sentir deseoso en la indagación de entrañables manifestaciones que inciden completamente en el desarrollo del estado emocional de un animado servidor.
Todo sigue su curso natural, cada momento resuena en el silencio, la luz se apega a aquella luz que sólo encuentra la mirada perfecta de horizontes futuros proyectados.
Las acciones continúan, el tiempo avanza, todo fluye y se traspasa en el costado un profundo sentido de inocencia nostálgica viviente que al presente alude con semblante reluciente.
Todo gira a mi derredor, demandando tiempo, espacio y completo reconocimiento de un pleno sentimiento hallado con entrega, amor y sacrificio, que en su contexto más normal refleja un sin fin de impresiones afloradas por la naturaleza de la esencia de aquel ser.
La observancia de acontecimientos verdaderos ilustra un sentir deseoso en la indagación de entrañables manifestaciones que inciden completamente en el desarrollo del estado emocional de un animado servidor.
Todo sigue su curso natural, cada momento resuena en el silencio, la luz se apega a aquella luz que sólo encuentra la mirada perfecta de horizontes futuros proyectados.
Las acciones continúan, el tiempo avanza, todo fluye y se traspasa en el costado un profundo sentido de inocencia nostálgica viviente que al presente alude con semblante reluciente.
Todos los días viajo en bus, en micro, en colectivo, cual sea el transporte..medito al observar las multitudes, la velocidad con la que se trasladan, hasta yo me asombro de lo poco que logro observar sus rostros, producto de mi propia aceleración diaria.
ResponderEliminarPienso en todas esas vidas, historias distintas y complejas, ¿cuales de ellas considerarán a Dios como parte fundamental de su ser? ¿cuales buscarán su ayuda y el consuelo que solo nos logra dar Jesucristo, nuestro salvador?
Quisiera gritar a los cuatro vientos las verdades que nos traen felicidad, esperanza y gozo. Siempre en cada viaje, espero una oportunidad para entregar una sonrisa, una mano amiga a alguna persona que lo necesite (especialmente a los viejitos o las madres con sus hijos pequeños), para que por medio de estas cosas sismples y sencillas, aquella alma me abra su corazón y pueda disfrutar, junto a mi y a todos los Santos de los últimos Días, de una vida más plena, de los sentimientos más cálidos y reconfortantes, a pesar de la tormenta que existe afuera o de las dificultades del que hacer diario. Como bien dices Franklin, todo avanza, todo fluye y nos da nostalgia lo bueno que hemos vivido, pero también debemos tener la certeza, de que caminando por este sendero estrecho y angosto, tendremos todo lo que necesitamos y no solo eso, sinó que la abundancia del reino de nuestro Dios sobre la tierra y el más allá...
Cariños,
Sandrita.